Este texto es una carta que me mandaron hacer para la clase de lengua y posiblemente para mandarla a un concurso, pero os la quería enseñar, espero que os guste. :)
Me
dolía, me dolía mucho. Verte con ella, besándoos, tan juntos, se os veía tan
enamorados. Tú tocabas su rubia y larga melena lisa, suavemente como si fueran
hilos de oro que temieras romper, luego bajaste hasta su fina cintura, la
rodeaste fuertemente como si temieras que desapareciera, que se fuera de tu
lado; tus ojos, marrones claros, tan perfectos como si el mismísimo Miguel
Ángel los hubiera esculpido en esa bella cara, la miraban como si no hubiera
nada ni nadie más a vuestro alrededor, brillaban, supongo que de felicidad,
pero fuera como fuese yo me moría, algo dentro de mí se rompía en mil pedazos y sentía unas ganas inmensas
de ir y separaros. Ellos la miraban con una gran intensidad como antes me
miraban a mí. Parece que aquello fue hace siglos… pero no hace tanto. Todavía
me pregunto a veces como lo que sentíamos pudo acabar tan rápido, esfumarse,
desaparecer. Llámalo como quieras, pero todavía no logro encontrar la
respuesta.
Ella
rodeaba tu cuello con sus delicados y delgados brazos mientras con sus largos deditos
de niña acariciaba tu pelo castaño y rizado cariñosamente. Una gran sonrisa se
pintaba en su boca, entre beso y beso que ella recibía de ti. Sería la típica
escena de película con la que cualquiera se derretiría de tan hermosa que era.
Pero para mí era como si me estuvieran clavando un puñal en el centro del
estómago y lo retorcieran sin compasión alguna para hacerme sufrir como nunca,
pero creo que ni eso sería tan doloroso como lo que estaba sintiendo en ese
momento. Era una mezcla de anhelo, de tristeza, de no sé exactamente como
describirlo, es otra pregunta sin respuesta. Es que… en realidad como podría
describirlo, es un dolor incalculable eso sí, no se lo desearía a nadie, nunca,
por muy mal que me cayera. Saber que el que seguramente ha sido y será el amor
de tú vida ahora ama a otra no es un sentimiento agradable. Es cierto, dirás,
tenemos tiempo de enamorarnos mil y una veces más a lo largo de nuestra vida,
pero siempre habrá un amor que te marco más y ese estoy segura de que eres tú.
Porque como dicen el amor de verdad es tan solo el primero.
Os
separasteis, ella dio un paso hacia atrás pero vuestras manos seguían unidas.
Era como si no os quisierais separar nunca y realmente eso era lo que yo pensaba
cuando tú y yo estábamos juntos, que nunca nos separaríamos, que nuestro amor
sería para siempre. Quizás ya no estamos juntos porque los dos lo dimos por
hecho, que duraría, cada día era lo mismo, supongo que deberíamos haber hecho
algo más, tal vez ¿sorprendernos cada día?, ¿decirnos te quiero cada día?, la
verdad no lo sé. Al final vuestras manos se separaron por completo ella se
dirigió al cuarto de baño, tú la mirabas mientras se alejaba como si de un
ángel caído del cielo se tratase. Cuando desapareció al entrar al aseo, tú te
diste la vuelta y me miraste, fue durante apenas un instante, pero me miraste
como queriendo decirme algo, no sé si lo que vi fue un atisbo de tristeza, de
añoranza o quizá pensabas en que hubiera pasado si lo nuestro hubiese seguido.
Acto seguido me sonreíste, yo te devolví la sonrisa.
Nunca
sabré que significó esa mirada, que querías decirme y siempre quedará en mí esa
duda. Con esta carta quería decirte que no te guardo rencor por lo que pasó,
realmente no fue sólo culpa tuya, fue culpa de ambos, o eso es lo que quiero
creer, porque… y si fue mí culpa y si yo no lo di todo por ti, en ese momento
yo creía que lo hacía, pero hay un gran paso entre creerlo y que sea cierto. Te
juro que me gustaría saber qué es lo que pasó y poder volver el tiempo atrás y
cambiarlo todo, es lo que más desearía. Pero como dice mi libro favorito: “El
mundo no es una fábrica de sueños”. Es cierto que durante un tiempo te eché la
culpa a ti, pero quién no ha hecho nunca eso, es más fácil echar la culpa a los
demás a cargar con ello uno mismo. De cualquier manera no te odio ni nada por
el estilo. Quiero seguir con mi vida y creo que contándote esto me quito un
peso de encima. Arrepentirme de nuestra historia, lo más bonito y a la vez lo
más horrible que he vivido, nunca podré arrepentirme. Una de mis canciones
favoritas lo dice, nunca te arrepientas de lo que nunca podrás olvidarte. He
pasado algunos de los mejores momentos de mi vida contigo y sé que somos
jóvenes y que nos queda mucho por vivir, pero lo que hemos pasado siempre estará
ahí por mucho que a veces duela.
Creó que lo que te he contado es en parte lo
que me ha ayudado a superarlo. Lo que tras darle vueltas y vueltas me ayudó a
comprender que yo aún no puedo hacer lo mismo que tú, encontrar a otra persona
que me haga feliz, que me llene de la misma manera que tú y sepa tratarme como
merezco, como tú hacías. Porque entre otras cosas sería engañarla porque yo aún
te quiero y no podría hacerle eso a nadie, no podría hacer creer a una persona
que la quiero más que a nada cuando no es cierto, yo odiaría que me lo hicieran.
Tú lo has conseguido, y me alegro por ello, me hace muy feliz, en serio. Me he
dado cuenta también de que hay que vivir el día a día, vivir como si no hubiera
mañana.
Te
quiere y te querrá siempre.